Naoya Inoue y Luis Nery regalaron una noche que quedará grabada en la memoria de los aficionados al boxeo, el japonés defendió su título indiscutible de peso supergallo con una victoria por nocaut sobre Luis Nery.
El combate, que tuvo lugar en el emblemático Tokio Dome, fue un torbellino de emociones y habilidad técnica.
Desde el primer campanazo, la tensión era palpable. Inoue, conocido como “El Monstruo” por su poder devastador, se enfrentó a un desafío inesperado cuando Nery lo envió a la lona en el primer asalto con un uppercut de izquierda que sorprendió a todo.
Sin embargo, este revés solo sirvió para encender la chispa del campeón japonés, quien se levantó con determinación y cambió el curso de la pelea.
Con una mezcla de técnica refinada y golpes de poder, Inoue comenzó a dominar el encuentro. En el segundo asalto, Naoya Inoue respondió con un gancho de izquierda que derribó a Nery, equilibrando la balanza y enviando un mensaje claro: no se dejaría vencer fácilmente.
A medida que avanzaba la pelea, Inoue mostraba su superioridad, conectando combinaciones que poco a poco mermaban la resistencia de Nery.
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La venganza de Inoue para el pueblo japonés
El quinto asalto fue crucial; Inoue, con una precisión quirúrgica, envió a Nery a la lona una vez más. El público estaba al borde de sus asientos, sabiendo que el final se acercaba.
Llegó en el sexto asalto cuando Inoue, con un par de derechas fulminantes, selló su victoria por nocaut técnico.
El referí no tuvo más opción que detener la pelea, consagrando a Inoue como el indiscutible rey de la división supergallo.
Tras la pelea, Inoue expresó su respeto por Nery como competidor y reflexionó sobre su caída en el primer asalto, reconociendo que fue un momento de aprendizaje que lo impulsó a luchar con más fuerza.
Por su parte, Nery aunque derrotado, se mantuvo firme y prometió volver más fuerte, demostrando el corazón de un verdadero guerrero.
Esta batalla no solo fue una demostración de la destreza de Inoue, sino también un testimonio de la resiliencia y el espíritu de lucha que caracteriza al boxeo.
Una noche de sorpresas, de caídas y levantamientos, y sobre todo, de un espectáculo deportivo que será recordado por años.
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